Estados Unidos acusa a Siria de preparar otro posible ataque químico y le amenaza con nuevas represalias

La Casa Blanca advierte a El Asad de que pagará un “alto precio” si lleva a cabo otra matanza como la que propició una respuesta militar estadounidense en abril

Joan Faus
Washington, El País
Estados Unidos ha identificado “preparativos potenciales” de un ataque químico por parte del régimen sirio, según anunció a última hora del lunes la Casa Blanca. El Gobierno de Donald Trump advirtió al régimen de Bachar el Asad de que pagará un “alto precio” si lleva a cabo otra matanza de civiles como la perpetrada en abril y que propició una respuesta militar estadounidense.


La primera potencia mundial lanzó a principios de abril 59 misiles contra una base militar del Ejército sirio desde la que supuestamente se preparó el ataque con gases tóxicos que mató a decenas de civiles.

El posible nuevo uso de artefactos químicos, según Washington, resultaría “probablemente” en el “asesinato masivo de civiles, incluidos niños inocentes”. “Las actividades son parecidas a las preparativos que hizo el régimen antes del ataque con armas químicas del 4 de abril”, señala el comunicado de la Casa Blanca.

“Como hemos dicho anteriormente, Estados Unidos está en Siria para eliminar al Estado Islámico. Sin embargo, si El Asad lleva a cabo otra matanza masiva utilizando armas químicas él y sus militares pagarán un alto precio”, avisa.
Rechazo de Siria y Rusia

El Pentágono dio este martes algunos detalles más, mientras que Siria y Rusia rechazaron la acusación de Washington y la consideraron una provocación.

El portavoz del Pentágono, Jeff Davis, explicó que la inteligencia estadounidense ha presenciado “actividad”, de un avión y un hangar específico, en la base aérea de Shayrat, la misma que atacó EE UU en abril, que indicaría “preparaciones” de un posible ataque químico.

El posible uso de armamento tóxico fue uno de los asuntos que abordó Trump en una llamada con el presidente francés, Emmanuel Macron. “Hablaron del dossier sirio y de la necesidad de trabajar en una respuesta conjunta en caso de un ataque químico”, según informó el Elíseo. Francia y la mayoría de países europeos respaldaron la acción militar estadounidense de abril.

Siria se comprometió en 2013 a entregar todo su armamento químico en el marco de un acuerdo con EE UU y Rusia. Sin embargo, el régimen de Damasco, que tiene en Moscú a su principal aliado, retuvo parte de ese arsenal que utilizó desde entonces en varias matanzas de civiles.

El bombardeo de abril supuso el primer ataque directo de EE UU al Ejército sirio en los más de seis años de sangrienta guerra civil en el país árabe, que ha causado centenares de miles de muertes. La ofensiva no implicó un viraje de estrategia, pero supuso un aviso a El Asad y sus aliados, y desde entonces ha desatado una escalada de la tensión militar entre Washington y las fuerzas partidarias del régimen.

Pese a elevar el tono contra el dictador sirio en los días posteriores al ataque químico, EE UU ha mantenido intactos los principios de su estrategia en Siria, en que la prioridad no es la salida de El Asad sino la derrota del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés). El grupo yihadista es enemigo común de EE UU, Rusia y Siria. El Pentágono cuenta con casi mil soldados en Siria y efectúa bombardeos diarios contra el ISIS.

El comunicado del jefe de prensa de Trump no detalló el origen de la información sobre los supuestos preparativos de un ataque químico y pareció servir como base argumental para una posible nueva respuesta militar de Washington.

Al poco de difundirse la nota, la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, advirtió, en un mensaje en Twitter, de cualquier nueva matanza de sirios no será solo culpa de El Asad sino también de Siria e Irán que “lo apoyan a él en la muerte de su propia gente”. Haley pertenece al ala más beligerante en política exterior de la Administración republicana y lanzó advertencias parecidas tras el ataque de abril.

El día antes de ordenar el bombardeo contra el Ejército sirio, Trump dijo que su opinión sobre El Asad había cambiado “mucho” después del ataque químico y que, para él, “había cruzado muchas líneas” con la muerte indiscriminada de civiles. Fue una alusión a la “línea roja” que estableció su predecesor, Barack Obama, en el uso de armas químicas por parte de Damasco que le llevarían a actuar militarmente contra el régimen.

En agosto de 2013, Obama canceló a última hora un plan de bombardeos selectivos contra el Ejército sirio en represalia por un asalto químico en que murieron cerca de 1.400 civiles. El presidente demócrata acabó optando por el acuerdo con Rusia de desmantelamiento de las armas químicas sirias que ha resultado ser insuficiente. Un año después, no fueron las atrocidades de El Asad sino el auge del ISIS lo que llevó a Obama a iniciar la campaña actual de bombardeos contra los yihadistas.

Entradas populares