La Armada de Estados Unidos ordena parar a toda su flota tras el accidente de Singapur

Diez marineros están desaparecidos y cinco heridos después de que el destructor USS John S. McCain chocara con un mercante, el segundo accidente de este tipo en dos meses

Paloma Almoguera
Pablo Ximénez de Sandoval
Singapur / Los Ángeles, El País
Todos los buques de la Armada de Estados Unidos en el mundo están parados este lunes. La extraordinaria medida fue anunciada por el almirante John Richardson horas después de que un destructor chocara con un mercante cerca de Singapur. Es el segundo accidente de este tipo en dos meses y el quinto desde 2014. El Ejército de EE UU no solo quiere saber cómo ha podido suceder la tragedia del USS John McCain del domingo por la noche. Quiere saber si está pasando algo más.


A mediodía del lunes, diez marineros continuaban desaparecidos después de que el destructor estadounidense USS S.John McCain colisionara con un petrolero al este de la costa de Singapur. El navío, cuyo paradero habitual es el puerto de Yokosuka, en Japón, se dirigía a la ciudad-Estado asiática después de realizar “patrullas de rutina” en el Mar de China Meridional, según ha informado la Armada estadounidense.

"Esta tendencia exige una acción más decidida", dijo el almirante Richardson en un comunicado. "Por tanto, he ordenado una pausa operativa en toda nuestra flota alrededor del mundo". "Quiero que los comandantes de nuestra flota se reúnan con sus líderes y sus mandos para asegurarnos de que estamos tomando todas las medidas necesarias para asegurar que nuestras operaciones alrededor del mundo son seguras y efectivas", dijo Richardson.

La pausa operativa durará un día. Richardson aseguró que ha ordenado una investigación en profundidad, más allá de las circunstancias concretas del accidente del McCain. "La investigación amplia del jefe de operaciones navales mirará todos los accidentes relacionados, incidentes en el mar, ese tipo de cosas", dijo el secretario de Defensa, James Mattis. "Va a considerar todos los factores, no solo el más inmediato".

El accidente ocurrió antes del amanecer, a las 5.24 de la mañana hora local (21.24 GMT del domingo), cuando el USS S. John McCain, un destructor de misiles guiados, colisionó con el mercante Alnic MC, por causas aún desconocidas. El buque llegó a la base naval de Changi, en Singapur, en el mediodía del lunes con un amplio agujero en su casco, si bien lo hizo sin necesidad de ser remolcado hasta el puerto. El acceso a la prensa en dicha base naval se encuentra restringido, según pudo comprobar este periódico.

“Los daños significativos en el casco han provocado inundaciones en los compartimentos cercanos, incluyendo los camarotes, la sala de máquinas y los cuartos de comunicaciones”, señala un comunicado de la Séptima Flota de la Armada estadounidense, a la que pertenece el destructor.

Además de los diez desaparecidos, cinco personas resultaron heridas debido al choque. Un helicóptero pudo evacuar a cuatro de ellas y trasladarlas a un hospital de Singapur, mientras la quinta no necesitó más atención médica, asegura dicho comunicado. En las operaciones de búsqueda y rescate participan tres remolcadores y cuatro barcos patrulla de Singapur, así como helicópteros y los portaaviones estadounidenses MV-22s y SH-60s. Malasia también está colaborando en las operaciones con al menos ocho barcos, indica France Presse.

Trump: "Qué lástima"

En medio de las informaciones sobre el accidente, los medios estadounidenses informaron de una reacción poco institucional del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cuando le preguntaron por lo sucedido. Su respuesta inicial fue "qué lastima" (en inglés, "that's too bad", una expresión muy coloquial). La fuente de la información es el grupo de reporteros que seguía al presidente en su viaje de vuelta a Washington tras las vacaciones, el domingo por la noche. Más tarde, tuiteó una respuesta más institucional, en la que enviaba sus "oraciones" a los marineros desaparecidos y enlazaba a un comunicado de la Armada. La respuesta de Trump viene a añadir a la tensión en torno a cualquier cosa que dice presidente desde hace una semana, cuando recibió críticas de todas partes por su falta de sensibilidad en la respuesta a los sucesos de Charlottesville.

Las causas de lo ocurrido son todavía una incógnita. “El alcance del daño y los heridos entre el personal a bordo están siendo determinados. El incidente será investigado", indica la Séptima Flota de EE. UU.

Según datos de navegación, la última señal del destructor estadounidense fue emitida a las 22.58 GMT del domingo, y desde entonces quedó detenido a unos 10-20 kilómetros de la costa este de la península de Johor, al sur de Malasia, junto a la frontera con Singapur.

El petrolero Alnic MC, de más de 30.000 toneladas, tiene 183 metros de eslora y navegaba con bandera de Liberia, informa la página web Marine Traffic. Emprendía ruta desde Singapur a Pyeongtaek, en Corea del Sur, cuando tuvo lugar la colisión. En el momento del choque, el Alnic MC transportaba cerca de 12.000 toneladas de petróleo, aunque no se ha producido ningún derrame, tal y como afirmó un miembro de la tripulación a Reuters por teléfono. Se espera que el barco quede atracado también en Singapur mientras continúan las investigaciones.

El senador republicano John McCain, veterano de la guerra de Vietnam, aseguró sobre el accidente del buque -nombrado en honor a su padre y abuelo, ambos almirantes en la Marina estadounidense-, que él y su mujer, Cindy, “tenemos a los marineros de EE. UU. a bordo del USS John S McCain en nuestras oraciones esta noche".

El accidente se convierte en el cuarto del último año protagonizado por un buque de guerra estadounidense en el Pacífico. Hace solo dos meses siete marineros murieron tras el choque entre el destructor USS Fitzgerald y un carguero a unos 100 kilómetros de la costa de Tokio. Los fallecidos, de entre 19 y 37 años, fueron hallados por buceadores en los camarotes un día después de la colisión. El comandante y subcomandante del Fitzgerald, también perteneciente a la Séptima Flota, fueron despedidos la pasada semana por “incapacidad de liderazgo”.

Justamente el pasado viernes, la Armada anunció que los máximos responsables del Fitzgerald, el capitán, el segundo de a bordo y el marinero de mayor rango del buque, fueron relevados de sus puestos como consecuencia de la investigación sobre el accidente. Las conclusiones de la investigación, fechadas el pasado 11 de agosto, citan "liderazgo inadecuado" como un factor en la tragedia. Alrededor de una docena de marineros, incluidos los que estaban de guardia aquella noche, serán expedientados, según fuentes de la Armada citadas por The New York Times.

El informe señala graves errores por parte de la tripulación y los mandos del buque estadounidense, sin embargo aún siguen sin respuesta preguntas clave, como el hecho de que un carguero varias veces más grande que el destructor pasara despercibido mientras se acercaba.

El pasado mayo, el destructor de misiles guiados USS Lake Champlain fue golpeado por un pesquero cerca de la costa coreana. Meses antes, en enero, otro buque de la misma clase, el USS Antietam, encalló cuando trataba de anclar en la bahía de Tokio. Además, la Marina estadounidense también estuvo en el punto de mira en abril al descubrirse que el portaaviones nuclear Carl Vinson que supuestamente se dirigía a la Península de Corea como amenaza a Pyongyang navegaba en dirección contraria.

La sucesión de siniestros ha despertado las dudas sobre la capacidad de Estados Unidos de mantener sus patrullas y operaciones en el Pacífico, en el que la primera economía mundial se mide las fuerzas con China. Preguntado por Reuters si la Marina estadounidense necesitaría enviar más buques a la zona para mantener su fortaleza, un portavoz de la Séptima Flota respondió que “es demasiado pronto para saberlo”. Una presunta vulnerabilidad nada oportuna para la Armada de EE. UU., que comenzó hoy junto a Corea del Sur diez días de maniobras militares conjuntas en la península coreana, en plenas tensiones entre Washington y Pyongyang.

El barco siniestrado, el USS S.John McCain, había estado ya en el centro de la polémica el pasado 10 de agosto, cuando navegó por aguas adyacentes al arrecife Mischief, al este del archipiélago de las Spratly (Mar de China Meridional), disputado entre China, Malasia, Filipinas, Vietnam y Taiwán.

El Ministerio de Asuntos Exteriores chino aseguró entonces estar “fuertemente insatisfecho” con la maniobra estadounidense.

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