Desde “evistas” hasta “instrumentistas”, las corrientes que conviven en el MAS

Los orígenes del MAS hay que rastrearlos hasta 1995, cuando organizaciones del sector campesino decidieron apostar a un “instrumento político”. En la actualidad, en su seno, se detectan al menos 8 corrientes.

María Carballo / La Paz
Bajo el liderazgo del presidente Evo Morales, en el Movimiento Al Socialismo (MAS) conviven distintas corrientes, las cuales van desde los “evistas” (seguidores de Evo más que del partido) hasta los “instrumentistas” (más identificados al IPSP), según integrantes del partido oficialista.


Aparte de esas corrientes también los miembros de esta fuerza política mencionan a los “indigenistas”, los “guevaristas”, los “leninistas”, los “lineristas” (seguidores del vicepresidente) y los “masistas”. Este es el panorama que vive el MAS a un año y siete meses de los comicios de 2019.

Los orígenes del partido oficialista hay que rastrarlos hasta marzo de 1995 cuando, tras un largo proceso de acumulación y reflexión por un “instrumento político”, en el congreso Tierra, Territorio e Instrumento Político del sector campesino, nació la Asamblea por la Soberanía de los Pueblos (ASP).

Un hito importante en la creación del MAS fue la ruptura que protagonizaron Morales y el dirigente Alejo Véliz, en 1998. Después del quiebre, este último se quedó con la sigla ASP y Morales se encaminó a consolidar el Instrumento por la Soberanía de los Pueblos (IPSP).

Un año después a ese episodio, en 1999, se organizó el congreso de fundación del MAS. “David Áñez Pedraza nos regaló la sigla, él era el jefe de ese partido (…). Hicimos un pequeño congreso por cuestión de formalidad, dijimos, entonces que seríamos militantes del MAS”, relata Morales en Mi vida, de Orinoca al Palacio Quemado.



Ese mismo año tuvieron otro congreso en el que a la sigla del MAS se le añadió “IPSP”, con lo que quedó plasmada la emblemática abreviatura MAS-IPSP. Pero el punto que marcó un antes y un después en la historia de esta fuerza política fue la elección de Morales como presidente, el 18 de diciembre de 2005, con el 53,7%.

Este movimiento político –según los integrantes del partido de Gobierno– no responde a los tópicos convencionales de un partido, dado que el MAS nació de las mismas organizaciones sociales.

Pero hoy, tras tantos años de historia, victorias electorales, pugnas internas y hasta el 21F se detectan distintas corrientes al interior del MAS-IPSP. En la actualidad, hay quienes se consideran “evistas”, otros “masistas” y hay hasta los que diferencian al IPSP del MAS y se autodenominan “instrumentistas”.

“Es correcta esta apreciación, ante el liderazgo de Evo Morales hay muchos evistas y otros son del MAS. Los evistas dicen que hacen por Evo cualquier cosa y al MAS lo relegan a un segundo plano”, dijo el diputado Édgar Montaño.

El legislador recordó que en los últimos congresos del partido oficialista, el presidente Morales pidió que no hayan “tantos evistas” y que, más bien, se consoliden “los masistas”.

El diputado Basilio Velásquez reconoció que las pugnas internas llevaron a algunos miembros del MAS a desconocer este brazo político e inclinarse más por el “evismo”. “Por las pugnas internas, el MAS va quedando de lado, hay muchos bajones y mucha gente que va a ser evista, ya no masista”, afirmó el legislador.



Para el diputado Elmar Callejas, el “evismo” siempre tendrá más fuerza que el “masismo”, ya que el MAS aún tiene algunas debilidades que no le permiten convertirse en un partido como tal y que le obligan a sólo permanecer como una fuerza política.

“No tenemos una estructura de partido, hay un control horizontal que por una parte es bueno, pero también en ciertas maneras se descontrola la situación. No hay una disciplina única”, señala. Agrega que la autocrítica tampoco fue fortalecida y que la burocratización de la dirigencia y algunas autoridades son otras de las debilidades.

¿Qué sucede en las organizaciones sociales? Según Callejas hay dos corrientes que se fortalecieron en los últimos cinco años: el “indigenismo” y el “instrumentismo”. “Por mi parte, vengo de una corriente marxista, pero hay estas tendencias que nos han sorprendido en las organizaciones sociales. Ellos dicen ‘ni Cristo, ni Marx’”, explica.

Los llamados “instrumentistas” son parte de una “corriente interesante, cercana a lo orgánico”, añade Callejas.

Según el diputado Montaño, los “indigenistas” e “instrumentistas” dicen ser “la vanguardia y seguridad del proceso de cambio”. “Dicen que no deberían introducirse los pensadores o políticos”, agregó.

Por otro lado, quienes vienen del área urbana y forman parte del MAS tienen una corriente que sigue al vicepresidente Álvaro García Linera, explicó el diputado Velásquez. “En áreas urbanas se trata de captar al electorado con diferentes ideologías y se da este fenómeno”, dijo.

El diputado Julio Huaraya afirmó que pese a estas corrientes de pensamiento, se llega siempre al consenso y a la unidad. “Somos seres humanos, pensamos diferente, es normal”, afirmó.



Los leninistas, guevaristas y marxistas predominan más en las Juventudes del MAS y en Generación Evo, plataformas desde donde emergieron figuras como los diputados Elmar Callejas y Valeria Silva.

Callejas reconoce la diversidad de pensamiento que hay en las Juventudes. “Lo que pasa es que en las Juventudes nos identificamos con distintas corrientes, porque venimos de la universidad y en la universidad nos identificamos con diferentes corrientes de la izquierda occidental”, expresó.

Silva, por su parte, dijo que Generación Evo nació como una iniciativa para las elecciones de 2014 y cuando se percibió que existía poca representación juvenil. “Esta plataforma tiene distintos matices, podemos encontrar desde el comunismo, marxismo leninismo, guevarismo, pero siempre hemos sido gente vinculada a la izquierda y reconocemos a Evo Morales como líder”, manifestó.

Según Grover García, presidente del MAS en Cochabamba, todas estas corrientes de pensamiento apuntan al “socialismo comunitario actual” con miras a la unidad de esta fuerza. Para el dirigente cocalero Leonardo Loza, el MAS puede tener sus diferencias, pero es el único partido “que no mira sus bolsillos y que será honesto y unido hasta la muerte”.



El 53,7% que llevó al MAS al triunfo y un 21F que marcó un rechazo

El domingo de elecciones del 18 de diciembre de 2005, la población se volcó a las urnas. El candidato presidencial del Movimiento Al Socialismo (MAS), Evo Morales, logró esa jornada el 53,7% de apoyo en las urnas, una cifra que marcó un hito, luego de la recuperación de la democracia en 1982.

Antes de la elección de Morales, los resultados de los comicios generales organizados en 1985, 1989, 1993, 1997 y 2002 no reflejaban un conceso mayoritario de los electores por un postulante a la Presidencia de Bolivia. Durante esos 17 años, los resultados de mayor apoyo oscilaban entre el 22,50% y el 32,83%.

Morales gobierna el país desde el 22 de enero de 2006. En 2008, en un contexto de polarización del país, Morales se sometió a un referendo revocatorio, en cuyo proceso de consulta fue ratificado con más del 60% de los votos.
“Estamos aquí para seguir avanzando en la recuperación de los recursos naturales, en la consolidación de las nacionalizaciones y en la recuperación de las empresas del Estado”, dijo Morales ante miles de seguidores en Plaza Murillo.
El 12 de octubre de 2014, Morales fue reelecto con el 61%; pero el 21 de febrero de 2016, se realizó un referendo en el que se le preguntó a la población si estaba de acuerdo con la reelección de Morales. El 51,3% rechazó esa posibilidad.

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